¿Tu perro come heces y no sabes por qué pero sobre todo no sabes cómo hacer que pare? Aquí tienes todas las posibles soluciones a su coprofagia.
Los perros tienden a devorar todo lo que les sucede debajo de sus narices: ya sea comida, o incluso elementos desagradables que suelen infestar nuestras calles y aceras. Un mal y arriesgado hábito puede ser el de ingerir heces: no importa si son propias o ajenas. Como puedes imaginar comprensiblemente, además de ser una práctica repugnante, también es extremadamente dañina para nuestro Fido. Pero, ¿cómo puede gustarle esa brecha? Desafortunadamente, puede que no haya nada anormal en su comportamiento. Según estudios muy recientes el porcentaje de perros que ellos comen la Hice ha subido peligrosamente del 16% al 23%.
¿Por qué mi perro come heces?
Está en el ADN de los perros comer las sobras en lugar de buscar comida para alimentarse, por lo que la coprofagia podría ser un hábito innato.
Y lamentablemente no son muy selectivos en su elección: desde su aparición en la tierra están acostumbrados a ingerir desechos humanos.
Los perros, al igual que sus ancestros lobos, pueden haber heredado la práctica de mantener limpio su territorio. También habría una explicación ‘afectiva’: la madre perra que acaba de dar a luz se encarga sola de la eliminación de los restos de heces del ano de sus cachorros, y lo hace con la lengua.
Además de ser una actitud protectora también hay una motivación exploratoria. Oler las heces puede servir para saciar su curiosidad y las ganas de conocer el mundo.
Bien podría ser uno falta de atenciónMuchos perros pueden adoptar este comportamiento para atraer la atención de un dueño distraído o ausente con demasiada frecuencia. De hecho, el dueño se verá obligado a acercarse a su perro para asearlo lo mejor posible, aunque estas atenciones también pueden derivar en gritos y castigos.
Finalmente, la coprofagia puede no ser un problema de comportamiento, sino más bien unrequerimiento físico: Para digerir los cereales en particular, con los que se fabrican las croquetas baratas, los perros necesitan amilasa. Para sintetizarlo, sienten la necesidad de comer heces que contienen las enzimas y los oligoelementos necesarios para producirlo.
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Coprofagia en perros: todos los riesgos
Una de las primeras preguntas que se hacen los dueños de un perro de cuatro patas que come excrementos es sobre los peligros de este hábito.
¿Cuáles son los riesgos de un perro que come heces? En realidad, depende: si Fido come su propia caca y es un perro básicamente sano, no hay peligros particulares para su salud.
Por supuesto, no hace falta decir que este es un problema que debe solucionarse en cualquier caso, ya que como hemos visto podría estar determinado por alteraciones del comportamiento o deficiencias nutricionales.
Si, por el contrario, el animal se alimenta de heces producidas por otrosla situación podría resultar más problemática.
En este caso, de hecho, los excrementos podrían contener parásitos y enfermedades, que infectarían al perro.
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¿Qué hacer si el perro come caca?
Algunos estudios de la Universidad de California realizados por el profe. bejamin hart han arrojado luz sobre el mencionado porcentaje de perros que padecen coprofagia, también en función de las heces que consumen habitualmente.
De hecho, debemos distinguir entre autocoprofagia (cuando el perro come sus heces), coprofagia intraespecífica (al comer solo las heces de otros perros), coprofagia interespecífica (al consumir heces de otros animales).
La tercera categoría puede explicarse por la preferencia de los perros hacia las heces de gatos y roedores.
Nunca regañes al perro: es el comportamiento más deletéreo de todos. De hecho, el perro puede experimentar un estrés excesivo.
Y si el perro ya vive en un contexto menos que sereno, su coprofagia podría volverse una necesidad compulsiva. También puede adoptar esta práctica por temor a ser castigado por su amo cuando sabe que ha hecho el baño en el lugar equivocado.
De hecho, los estudios han demostrado que un perro puede temer el comportamiento del dueño, y para ello trata de eliminar las huellas de su fechoría.
Con más razón. es bueno evitar castigos: obligar al perro a oler las necesidades es absolutamente inútil, si no es para arruinar la relación entre Fido y su dueño.
Podemos utilizar complementos alimenticios para untar en las heces: en el mercado se venden sustancias que consiguen que el sabor de las heces sea ‘desagradable’. Podría ser una solución provisional antes de consultar la opinión de un experto.
La verdadera solución, sin embargo, es preguntar al veterinario: antes de que la coprofagia se convierta en un problema grave, de hecho, es fundamental confiar en la opinión del experto.