El pez luna es una de las especies marinas más curiosas entre las que pertenecen al reino animal. Es el natural oceánico más aristocrático entre los peces vertebrados. En promedio mide cerca de 1.80 metros de dilatado, aunque se sabe de ejemplares que superaron de forma holgada los 3.00 mts. Sobre la peso la sigla está rodeando de las dos toneladas (2.2 los machos, 1.8 las hembras). Incluso hay que dejar constancia de que se han registrado pesos superiores a las tres toneladas.
A pesar de estas impresionantes dimensiones, los huevos que coloca la hembra son increíblemente pequeños, escasamente unos 300 milímetros. A este tamaño se le sumará un poco más una vez sean fertilizados con el semen de un maslo, proceso que tiene oportunidad en el agua, y se conviertan en larvas hasta su brote final. Es incluso la especie vertebrada más fecunda, cada hembra libera unos 300 millones de huevecillos.
Grande ¿y feo?
Científicamente identificado como Mola, la descripción más exacta para este pez es: una gran inicio con aletas, accesorios que encima son conveniente pequeños en comparación con el resto del cuerpo.
Su piel es gruesa y desagradable tanto visualmente como al tacto. Esta es precisamente una de sus principales defensas: la disuasión. Son pocos los que se atreven a acercarse y mucho menos a atacarlos. Sus colores varían entre tonalidades grises y marrones, así como grises y plata, manchas blancas y negras en la pan dulce y zona ventral.
Solitario y despreocupado
Por lo universal, estos grandes peces se mantienen nadando solos. Despreocupados, ya que no cuentan con depredadores naturales que de modo sistemática y constante amenacen su existencia. Más allá que eventualmente deben huir de tiburones, orcas y leones marinos. Con estos últimos se sospecha que solo los acechan por ‘deporte’. Una vez los capturan, les arrancan las aletas y los golpean como si de pelotas se tratara. Cuando se cansan y pierden el interés, los dejan abandonados hasta que mueren.
Cuando se ven atacados, el único mecanismo de defensa del pez reflexivo consiste en nadar de forma desesperada más o menos de aguas profundas. Rincones acullá de la superficie donde a ningún de sus posibles víctimas les gusta aventurarse.
El pez luna: en todas partes
El pez luna habita en todos los océanos templados y tropicales a lo espacioso y satisfecho del planeta. Suelen encontrarse en la superficie, donde acuden para regular su temperatura corporal, incluso a 600 metros de profundidad.
Al igual que los tiburones, estos grandes peces pueden nadar enseñando su aleta dorsal, lo que suele ocasionar confusiones y sustos en algún bañista desprevenido. Esto lo hacen, al igual que los increíbles saltos que dan fuera del agua, para librarse de los parásitos que se adhieren a su piel.
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