Sarro, placa y enfermedades dentales en perros y gatos: ¿cómo reconocerlas?

Los perros y gatos no pueden cepillarse los dientes solos, pero eso no significa que no estén expuestos a caries e infecciones bucales causadas por una mala higiene bucal. Hoy en día la vida de nuestras mascotas se ha alargado por muchos años, por lo que si antes los dientes aguantaban incluso sin una cuidadosa limpieza y empezaban a dar los primeros signos de hundimiento y deterioro cuando los perros y gatos eran muy viejos, hoy pueden surgir problemas cuando la mascota todavía le quedan muchos años de vida.

Además, los perros y gatos que viven en apartamentos no tienen acceso a todas esas plantas y sustancias naturales que ofrecen protección natural contra las caries y las bacterias en la cavidad bucal. En definitiva, debemos cuidar su higiene bucal, también porque en estos casos es mucho mejor prevenir que curar, ya que los procedimientos dentales si son dolorosos y desagradables para nosotros, por dolor y gastos, también lo son para nuestras mascotas.

Hoy hablamos de cómo reconocer los problemas más comunes que afectan a la dentición de perros y gatos. Comencemos con la placa. Lo reconocemos por la consistencia pegajosa. Es una sustancia formada por bacterias, residuos de alimentos y células de la piel. La placa se acumula en la superficie de los dientes todos los días. Si lo dejamos intacto, tenderá a mineralizarse y formar sarro en pocos días.

El sarro se compone de fosfato de calcio, carbonato, partículas de alimentos y otras sustancias orgánicas. Se adhiere a la superficie del diente, creando el entorno perfecto para que se acumule más placa. El exceso de sarro por encima y por debajo de la línea de las encías crea un terreno propicio para ciertos tipos de bacterias, que generan un mal olor proveniente de la boca del animal y pueden desencadenar enfermedades periodontales.

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Estas son infecciones causadas por las bacterias que forman la placa. El perro tiene mal aliento, encías rojas y la boca inflamada. Notamos una infección en curso porque tiende a comer solo de un lado y evita los juguetes y los alimentos que son demasiado duros, un signo revelador de dientes y encías doloridos. La periodontitis afecta al 80% de los perros mayores de tres años y puede provocar trastornos digestivos (el alimento no se mastica bien y por tanto hay dificultad para digerirlo) e incluso una fractura de mandíbula.

Para evitar infecciones, además de cepillar los dientes del perro todos los días para evitar la formación de placa y sarro, es necesario someter al perro a un minucioso examen dental cada año. Para perros pequeños es recomendable tener un chequeo dos veces al año.

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