La sabiduría popular dice que el gato no es tan amigable con los humanos como el perro: desafortunadamente la sabiduría popular no siempre adivina y este es uno de esos casos. Los gatos tienen su propia manera de ser amigos de los seres humanos: distinta a la de los perros, pero no menos cierta. Un ejemplo práctico, si se quiere, es la historia de aquel gato que, hace unos meses, salvó a su pequeño humano del repentino ataque de un perro: como recordaréis, el vídeo del rescate del gato dio la vuelta al mundo y el gato en cuestión se ha convertido en una auténtica estrella.
Así, en este Día Internacional de la Amistad vemos un poco más de comprensión sobre la amistad entre gatos y humanos, con la ayuda de frases y aforismos de algunas personas de nuestro tiempo que pueden contribuir a ampliar nuestra visión.
En cuanto a la amistad gatos-humanos, dos aforismos son esclarecedores, en mi opinión. la primera es de pablo gris quien declaró:
Los gatos fueron traídos al mundo para contradecir el dogma de que todas las cosas fueron creadas para servir al hombre.
y el otro de Packard Vance (1914-1996), periodista y sociólogo estadounidense de gran influencia en su época:
El gato permite que el hombre lo ayude pero, a diferencia del perro, no le lame la mano.
Por tanto, podemos decir que la la figura de la amistad del gato es la independencia ya los seres humanos muchas veces no nos gusta esto, porque estamos hartos de querer dominarlo todo. Además, afirmó Théophile Gautier (1811-1872) Escritor, poeta, periodista y crítico literario francés:
No es fácil ganarse la amistad de un gato. Te concederá su amistad si demuestras que mereces el honor, pero nunca será tu esclavo.
Por su parte, el periodista doug larson comentó:
El gato bien puede ser el mejor amigo del hombre, pero él nunca se rebajaría a admitirlo.
La belleza de la amistad de los gatos radica precisamente en que son distintos de lo que pensamos, como señaló el zoólogo y etólogo inglés. desmond morris:
El gato, compañero perezoso y esquivo, eléctrico y acariciador, es fuente inagotable de enigmas, delicias y tormentos.
O tal vez, quién sabe, el problema es todo nuestro, como bien explica el escritor Amós Oz:
Un gato nunca se haría amigo de alguien que no esté bien dispuesto hacia él. Los gatos nunca se equivocan con las personas.