La magia de los adornos navideños, las mil luces de colores y el árbol, el olor a musgo del belén, combinado con la calidez de los mimos y la mirada encantada y un poco mocosa del gatos. Para ellos todo es nuevo y extraño: pero ¿Los gatos realmente aman la Navidad?
Todo depende de cómo consigamos amortizarlo estrés vacacional para nuestros peludos: desde decorar la casa de forma segura, para protegerlos del miedo a los barriles, desde evitar que se escapen a escondidas, aprovechando la puerta que queda abierta a los invitados, hasta minimizar la presencia de extraños por la casa. A molestarlossin duda, también es sentir juguetes y el objeto de atención un poco demasiado molesto, así como el hecho de que sus asientos favoritos están ocupados en gran parte por invitados: del sofá a las sillas, a la sala vedada por la presencia del árbol y la cuna, se sienten un poco desplazados y desplazados por la falta de privacidad, además de molestos por el ruido que muchas veces llena el casa durante las vacaciones.
¿Cómo organizarse, entonces, para un Navidad amigable con los gatos? Ante todo no hay habitaciones en las que encerrar a los gatos como si estuvieran detenidos. Tratamos de tener cuidado al aconsejar a nuestros huéspedes que no dejen la puerta abierta de par en par cuando van y vienen constantemente. Lo mismo para el atención excesiva que los niños suelen recurrir a nuestros gatos. Aunque debemos dejarlos libres para circular, garantizamos a los gatos un espacio en el que puedan descansar y retirarse sin ser molestados, preferiblemente en lugares altos, alejados de las estancias principales de la casa y lo más aislados posible. Tratamos de distraerlos del ajetreo y el bullicio. con juegos nuevos y desafiantes (como, por ejemplo, el plataformas ocultas que los mantienen ocupados durante horas para encontrar la recompensa), junto con documentales con los sonidos de la naturaleza que captan su atención, haciéndoles olvidar el ruido por lo demás muy tentador de las bolas del árbol cuando se rompen.
Tratamos de no alteres los horarios de las comidas y sin refrigerios no programados del banquete festivo. Más bien, es mejor ofrecerle algún manjar felino más goloso que las golosinas habituales, para mantenerlo callado y hacer que asocie la presencia de invitados con recuerdos positivos.
Nada de gorros navideños y otras decoraciones demasiado invasivas sobre los gatos: si realmente quieres crear un ambiente navideño amigable con los gatos, un collar rojo, una alfombra y cuencos temáticos están bien.