En muchos de nuestros hogares, gatos y perros viven juntos felices para siempre. En otras situaciones hay casi un «odio visceral» entre ellos.


Convivencia entre perros y gatos: consideraciones y sugerencias

Perros y gatos son especies diferentes y, como también sucede con los seres humanos, cada animal puede entrar en conflicto con los demás, sobre todo si no se conocen y si tienen un carácter muy fuerte. La solución para que gatos y perros convivan en paz es la educación.

Perros y gatos no son muy compatibles por instinto: los perros tienen un instinto natural para “cazar” otras especies animales, una de las cuales es la de los gatos; los gatos, en cambio, tienen el instinto de cazar ratones, pájaros, moscas y mosquitos varios… Para lograr una convivencia pacífica, por lo tanto, es necesario comprender las diferencias naturales de las especies y trabajar en la educación de cada animal. Ten en cuenta que todo requiere tiempo y paciencia.

Cachorros de gatos y perros

La educación para la convivencia pacífica entre perros y gatos será más fácil si los ponemos juntos desde cachorros: todos se conocerán y crecerán juntos, encontrando completamente natural que en la casa vivan varias especies (¡incluidos los humanos!).

En algunos momentos puede ocurrir que surjan conflictos: en estos casos hay que tener mucho cuidado para evitar problemas (sobre todo vigilar las uñas del gato que, como es sabido, se lanza directamente a la cara del «enemigo» y puede causar lesiones y rasguños dolorosos). En estos casos es importante distraer a los animales, que es más fácil con los gatos (dándoles juguetes, por ejemplo) que con los perros que, en ocasiones, no están dispuestos a aceptar nuestras distracciones.

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perros y gatos adultos

Si vamos a juntar un perro y un gato adultos, se necesita mucha paciencia, persistencia y determinación.

Si sabemos que nuestro perro no tiene buena disposición hacia los gatos, antes de introducir uno en casa, dejar que Fido juegue, que coma y que se relaje. Durante este período de descanso, en el que el instinto cazador está más dormido, mostrémosle al nuevo amigo, tratando de hablar con calma a ambos animales. Recordemos premiar siempre al perro cuando se porta bien con el gato, sobre todo al principio, para que entienda que esa es la actitud que queremos.

Hay que tener en cuenta que si tenemos un perro muy viejo, será más difícil incluir un gato en la familia, ya que el perro grande está acostumbrado a no compartir ni nosotros ni la casa con otros animales.

Foto | Marianne PerdomoferneuquénSeñor Niceman